lunes, 23 de abril de 2012

Jakob y la cobertura

Cuando no tienes cobertura busco en el cielo la luna y la miro. La luna no tiene problemas de red. No tiene Wifi. Tampoco entiende de conflictos internacionales. Es, simplemente, luna. O como dicen algunos: “gamal”. Pero claro, no puedo mirarla y establecer la “conexión” durante más de unos segundos porque si no nos volvemos invisibles. Y no queremos eso, ¿verdad? Volverse invisible es un problema que debería estar presente en todos los indicadores esos de Desarrollo Humano, después de la economía y la educación. A fin de cuentas, lo de mirar al cielo es una ñoñada que hacemos los humanos cuando nos creemos especiales. Muy de literatos frustrados. Hoy es 23 de abril, el día del libro. Mi día. Me considero un poco libro. “¿Hola ego, aquí estoy, me recuerdas?”. He de decir a mi favor que la gente que me rodea es también “libro” pero que como soy una flipada les meto en el mío y les hago personajes –principales- de mi particular novela. Los capítulos de mi vida no son lineales, ni tienen una formulación lógica. Cortázar y sus saltitos de Rayuela me parecen más vivos que todo ese rollo aburrido y consecutivo. Uno, dos, tres, cuatro…predecible. Final que se ve venir. La vida es como una voluta. Jakob Bernoulli , otro pirado, hizo escribir sobre su tumba “Resurgo Eadem Mutata” dentro de una espiral para entenderse a sí mismo. Es algo así como “aunque cambio, resurjo”, una especie de “volveré” metafórico. Da un poco de miedo. La esencia es la misma, pero la forma cambia. Hay ciertas constantes que tienden a volver a mí evolucionadas, y me encanta. Tanto las malas como las buenas. Capítulos. Acabo de enterarme que mi amigo Jakob ostenta el honor de tener un cráter de luna con su apellido, el llamado “cráter Bernoulli”. Me pregunto si Jakob se volvió invisible y le dieron por muerto. A lo mejor él también tenía un amigo lejos y en esos tiempos les fallaba la cobertura del telégrafo. Le robaban el cobre, o algo así. Entonces al pobre Jakob sólo le quedaba la escusa romántica de mirar al cielo, como a todos.