La música se oía tan extremadamente elevada que dejó de ser música. Ya no formaba parte de un elemento externo, sino que estaba en mí. Marcaba las pautas de mi organismo. Sobra decir que el ritmo de mis entrañas se adecuó al son de bombo, caja y batería. Respiré profundo. ¿Qué estaba pasando? Eché un vistazo a mi alrededor y allí estaba ella. Parecía sentir lo mismo y no dije nada, cerré los ojos y levanté la cabeza hacia el cielo. Comenzó a chispear. La primea gota que rozó mi cara me hizo abrir los ojos y mirar profundamente las nubes. La segunda me hizo cerrarlos muy fuerte.
Levanté las palmas de las manos para sentir el agua. Recordé aquella frase de mi película favorita: “Dios está en la lluvia”, dice la protagonista mientras se purifica en una tormenta. Comienza a llover más fuerte. Ya no hay música, ni personas, ni cielo, ni agua. En el mundo sólo estoy yo. Un universo vacío de existencia. Tomo otra bocanada de aire profundo. Deja de llover, vuelvo al suelo. Acabó mi catarsis.
Según la Rae
Del gr. κάθαρσις, purga, purificación).
1. f. Entre los antiguos griegos, purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza.
2. f. Efecto que causa la tragedia en el espectador al suscitar y purificar la compasión, el temor u horror y otras emociones.
3. f. Purificación, liberación o transformación interior suscitados por una experiencia vital profunda.
4. f. Eliminación de recuerdos que perturban la conciencia o el equilibrio nervioso.
Siento la tardanza.
Millones de gracias por vuestros comentarios...
2 comentarios:
Me alegro mucho de que hayas completado tu catársis. Y se te da la bienvenida de nuevo.
Sin lugar a duda de vez en cuando es bueno construirse un capullo, quedarse allí una temporada y salir convertido en mariposa. El cambio enriquece tanto interno como externo...
Besos y bienvenida de nuevo amiga.¡¡
que buenas son las purificaciones...aunque yo prefiero depurarme...Besotes! genial post!
Publicar un comentario