viernes, 15 de agosto de 2008

Terroristas

Lloró tres veces en su vida.

La primera fue cuando era niño y su madre le contó la trágica historia de su patria, Palestina, y de su familia, silenciada y torturada hasta morir.

La segunda, un día que en el colegio vió el pupitre de al lado por primera vez vacío en dos años.
Ya se había acostumbrado a perder compañeros todas las semanas pero no a perderla a ella. Su otra mitad.


La tercera y la última fue antes de que una luz enorme que venía de su pecho inundara un pequeño mercadillo.

1 comentario:

Ari Schreiber dijo...

Muy bueno.Empezaré a visitarte.