jueves, 19 de marzo de 2009

Olor a naranjas

Recogía naranjas una vez al año. En un cortijo enorme, cuyos árboles no la dejaban ver un horizonte completado con la línea azul del mar. Era pequeña, pero él lo era mucho más. Le aupaba con sus bracitos para alcanzar aquel fruto preciado, directamente del árbol. No podía con ella porque casi le doblaba en tamaño pero eso no importaba. Sólo la tenía una vez al año, y debía aprovechar.

Las naranjas no les cabían en los bolsillos y corrían persiguiéndose mutuamente hasta llegar a la cocina de la casona. En la pila, una de esas antiguas, enormes, sacaban brillo a la fruta. El niño rubio de ojos azules las mordía directamente, ella no se dejaba “como se nota que eres de ciudad” le decía riéndose, mientras que ella torpemente sacaba el jugo que podía, apretándola muchísimo y manchándolo todo.

Uno de esos días se tiraron en el sofá, exhaustos. Ella se quedó dormida y no quería. Una vez al año, sólo una vez, podía estar allí, en el campo, cerca del mar, como siempre quiso, y no quería perder el tiempo durmiendo, pero durmió.
Él la cogió de la mano sin que ella se diera cuenta (o eso pensaba) y la miró durmiendo. Se despertó dos horas después y le gritó. “No me tenías que haber dejado dormir, no me tenías que haber dejado dormir…”

“¿Mamá, porqué la fruta en Madrid no huele?”

Meses después dormía en la capital, soñando con naranjos y niños pequeños con quien jugar. Su madre la despertó de madrugada. Ese día dejó de creer en dios.

“Cariño, ven, vamos a rezar, porque hoy, hay un ángel más en el cielo”

La llevó a su habitación y la sentó sobre la colcha azul celeste, mirando hacia la cabecera de la cama de matrimonio, donde había una cruz.
Hubiera escupida sobre ella, si no hubiera resultado violento que una niña de nueve años hiciera algo así delante de su devota progenitora.
Ahora entendía porqué las naranjas no olían en Madrid. Él se las había llevado, a un lugar donde no deben ir nunca los niños.

5 comentarios:

ordago13 dijo...

joder que cuento tan precioso es absolutamente genial

porque en madrid no huelen las naranjas¡¡¡


gracías por escribir tan bien¡¡¡

quien tendra la suerte de conocerte¡¡¡

EL SUEÑO DE GENJI dijo...

Uff, acabo de leer un libro, hoy mismo llamado "El buda blanco" y en él también el tema central es la muerte, su sinrazón y las infinitas preguntas -sin respuesta- que en nosotros genera.

El libro me gustó mucho, me emocionó y tal vez así - con la sensibilidad a flor de piel al leer tu relato, pues no pude más que relacionar los dos...Y las mismas preguntas vuelven a mi de nuevo. ¿porqué?. ¿porqué se ha de marchar así de súbito tanta inocencia y ganas de vivir? Mientras aquí se queda la maldad, y la crueldad...

Bello amiga, Un beso¡

Ari Schreiber dijo...

...precioso. ¿ Por que en madrid no huelen las naranjas?...maravilloso!!!

Jesús V.S. dijo...

La Uxia sabe de lo que habla. :)

Yo ya te dije lo que pensaba del texto cuando me lo enviaste. Es algo realmente tierno, el recuerdo. Muy bonito. La memoria siempreguarda cosas de esta factura. Es lo bueno, que aunque a veces juega malas bazas, tiene estas cosas. Un besazo.

0000009 dijo...

que la fruta en madrid si huele, huele a vitaminas!!!!

que bonito ha sido!!... no me tenias que haber dejado dormir. bello