domingo, 23 de mayo de 2010

Vanguardias

Me palpita.
Tengo el corazón en la muñeca y el dolor por dentro.
Me concentro en un punto inerte para no atender al sufrimiento.
Mi memoria evoca a tu palpitación dentro de mi cuerpo.
Latir de placer.
Nuestro deleite.
Contracción.
Vuelvo en mí.
Ahí viene de nuevo el pesar.
Diferencia de ritmos.
Véndame.

1 comentario:

Laura Martín-Pérez González dijo...

Que te venden con todo el amor del mundo, mientras los corazones laten a unísono.